El próximo miércoles 19 de septiembre se realizará la presentación del más reciente libro del sociólogo y poeta Víctor Paz Otero, titulado “Rituales para profanar el ego”. El evento se llevará a cabo en el auditorio del Banco de la Republica a las 6:30 pm y se encuentra enmarcado en las actividades pre-feria de Popayán Ciudad Libro 2018.

 

Víctor Paz Otero es un poeta nacido en Popayán. Es graduado de sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia, y es autor de cerca de 30 libros entre los que se encuentran obras de poesía, novela y ensayo. Cabe mencionar que Víctor se autoexilió un tiempo de la ciudad blanca, sin embargo desde hace un poco más de un año vive en La Pamba, su barrio de infancia y del que salió muy joven.

 

Este intelectual payanes es uno de los autores más prolíferos y premiados de la literatura colombiana en la modalidad de novela histórica. Ha obtenido el International Latino Book Awards en Nueva York en cuatro oportunidades, reconocimiento también otorgado a los Premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa e Isabel Allende. También ha sido finalista en el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. Algunas de sus novelas históricas más destacadas son: El demente exquisito, El Edipo de sangre, Bolívar -El destino en la sombra, La agonía erótica, Bolívar -Delirio y epopeya y Las penumbras del General.

 

Según el poeta caucano Felipe García Quintero: “Los 30 libros publicados por él hasta la fecha demuestran tanto la entrega sin concesiones al oficio de cultivar la incertidumbre, que es la literatura en el fondo, como la fe depositada en sí mismo sin claudicar en el camino, pese a tocar fondo por los sobresaltos, las dificultades y los enemigos de todo tipo.”

 

A continuación, una muestra de lo que se podrá encontrar en “Rituales para profanar el ego”:

 

1.

Me he de morir alguna tarde de éstas, tal vez ya he muerto. No te asombres ni te asustes si me encuentras flotando en el jardín, desnudo. No importa que aún este lloviendo sobre este cuerpo que fue mío. Déjame un rato, no me despiertes. Me gusta soñar cuando me encuentro muerto. Deja que sobre mí la tarde caiga, déjame por favor hasta la hora incierta del crepúsculo.

 

3.

No se puede comprender la íntima sustancia que sostiene la verdad de los jardines si al permanecer en ellos el alma no se olvida de sí misma. Hay que dejar a un lado las razones, las miserias del ego ensimismado, la memoria. Hay que dejarlo todo. Para estar en el jardín no se requiere nada, ni el tiempo en donde hemos sido, ni el tiempo en donde somos. En los jardines, en la íntima sustancia que permanece en los jardines, el alma por si misma lo ha ganado todo.

 

 

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